Diferencia entre artrosis y fibromialgia

Diferencia entre artrosis y fibromialgia

Hay ciertas enfermedades, como la artrosis y la fibromialgia, que por la similitud de sus síntomas pueden llegar a confundirse e incluso los propios médicos tardan en diagnosticar, por ello, en Flebosalud quisimos explicar un poco mejor de qué se trata cada una para que identifiques los síntomas y acudas a tu consulta médica con información precisa.

Estas dos enfermedades suelen causar dolores crónicos en las áreas fibrosas del cuerpo, y a su vez generar fatiga, entumecimiento, rigidez y mucha sensibilidad a la presión. De manera general, se puede decir que ambas causan malestar, no obstante, la fibromialgia ocasiona dolor en todo el cuerpo, pero de manera intermitente, en cambio la artrosis afecta específicamente las articulaciones. Veamos en detalle cada una.

Artrosis degenerativa

Es una enfermedad crónica que afecta las articulaciones y generalmente aparece en personas con más de 40 años. Normalmente, está localizada en las manos, las rodillas, la cadera o la columna vertebral, aunque puede presentarse dolor en una o en todas estas partes del cuerpo. La artrosis provoca dolor, inflamación e impide que se puedan realizar con normalidad algunos movimientos tan cotidianos como cerrar la mano, subir escaleras o caminar.

En este sentido, la artrosis provoca el deterioro del cartílago articular haciendo que los huesos se vayan desgastando y aparezca el dolor. A medida que el cartílago va desgastándose, el hueso reacciona y crece por los lados, lo que ocasiona una deformación de la articulación.

Esta enfermedad se clasifica como:

  • Primaria: La artrosis se clasifica como primaria (o idiopática) cuando la causa es desconocida (como sucede en la gran mayoría de los casos). La artrosis primaria puede afectar solo a ciertas articulaciones, como la rodilla, o a muchas de ellas.
  • Secundaria: En la artrosis secundaria la causa es otra enfermedad o patología, como una infección, una anomalía articular congénita, una lesión, un trastorno metabólico, por ejemplo, el exceso de hierro en el organismo (hemocromatosis) o el exceso de cobre en el hígado (enfermedad de Wilson), un trastorno que ha lesionado el cartílago articular, por ejemplo, la artritis reumatoide.

El síntoma que más preocupa a las personas con artrosis es el dolor. En un primer estadio, éste se desencadena cuando se mueve o se realiza un esfuerzo con la articulación. Este dolor suele cesar con el reposo, contrario a lo que sucede con la fibromialgia, pues los pacientes sienten mejoría con la actividad física regular.

Fibromialgia

A diferencia de la artrosis, en donde el dolor ocurre por un desgaste del cartílago articular, en la fibromialgia el dolor es ocasionado por una inflamación crónica de los músculos y los tendones. En esta enfermedad, el dolor no es constante, sino que surge en brotes. Hasta el momento, los especialistas reconocen que la enfermedad afecta a más mujeres -especialmente de mediana edad- que a hombres.

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Los síntomas más comunes de la fibromialgia son:

  • Dolor muscular: también conocido como mialgia, que aparece de forma crónica y puede prolongarse durante más de tres meses. Este dolor es difuso, inespecífico y afecta a muchas partes distintas del cuerpo.
  • Fatiga y cansancio: Estos dos síntomas aparecen al realizar poco esfuerzo, o ninguno, y no siempre desaparecen al descansar, al contrario, merman con ejercicio y actividad física.
  • Rigidez: Aunque la rigidez puede aparecer como un síntoma de otras enfermedades reumáticas, al igual que la fatiga y el cansancio, tiene una serie de peculiaridades que la diferencia de otras patologías como la artritis reumatoide, la artrosis o el lupus.

En estos casos los pacientes pueden presentar entumecimiento, calambres en las piernas, sensación de hinchazón, agarrotamiento, contracturas musculares, movimientos involuntarios, temblor y sensación de bloqueo.

Trastornos del sueño: Las personas que tienen fibromialgia pueden manifestar problemas para conciliar el sueño, así como despertarse repetidamente durante la noche o que el sueño no sea reparador.

La ansiedad y la depresión suelen estar vinculados con la enfermedad. En muchas ocasiones se presenta como consecuencia de no poder llevar una vida normal y es necesario el acompañamiento psicológico.

En la detección de la fibromialgia es fundamental localizar 16 puntos de dolor que se sitúan alrededor de la columna vertebral, cuello, columna dorsal, lumbar, codos, rodillas y caderas. Además, el médico debe descartar mediante análisis o radiografías otras causas de dolor o fatiga que puedan estar presentes.

Tratamientos para la fibromialgia o la artrosis

Para estas patologías, la medicina alternativa dispone de varios tratamientos efectivos para contrarrestar los síntomas. En el caso de la fibromialgia, debido a las particulares características de la enfermedad, todavía no hay una cura. Aun así, los síntomas pueden tratarse y el paciente puede llevar una vida perfectamente normal.

En este sentido, los sueros antiinflamatorios, las terapias regenerativas y las terapias de acondicionamiento muscular por medio de sueros de revitalización, son alternativas muy utilizadas por pacientes con fibromialgia o artrosis para modular los niveles de dolor y desinflamar las articulaciones.

La biopuntura, por su parte, hace uso de agentes bioterapéuticos naturales, es decir, productos biológicos, que pueden ser homeopáticos o derivados de las plantas medicinales. De este modo, el resultado es una técnica que combina los tratamientos bioterapéuticos con la acupuntura, obteniendo excelentes beneficios para el manejo del dolor y la inflamación.

La ozonoterapia es indicada para la regeneración del cartílago y la oxigenación de músculos y tendones, a su vez, ayuda al proceso de desinflamación de esas partes del cuerpo.

Por otro lado, la medicina homeopática aprovecha las propiedades de los extractos vegetales para ofrecer una sensación de bienestar, no solo físicos sino emocionales, pues plantas como la valeriana y la manzanilla, tratan desórdenes nerviosos y ayudan a conciliar el sueño.

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Para finalizar, los médicos indican que el acondicionamiento físico constituye una parte vital en el tratamiento de las dos enfermedades; en el caso de la artritis se recomienda hacer ejercicios específicos sin peso para fortalecer los músculos, además se puede complementar con una dieta rica en proteínas y antioxidantes para mejorar la masa muscular.

En la fibromialgia la actividad física sirve para liberar el ácido láctico que se acumula en los músculos, para liberar endorfinas, para disminuir el estrés, la ansiedad y la sensación de rigidez. Se aconseja caminar, nadar y realizar actividad en una bicicleta estática.

Como ves, existen múltiples opciones para combatir estas enfermedades que afectan las actividades diarias de cualquier persona. Lo más importante es saber que existen formas de tratarlas y que, en cualquiera de los casos, los buenos hábitos como comer saludablemente y hacer actividad física, constituyen un gran porcentaje del tratamiento.

Si quieres saber más, consulta con nosotros. Estamos dispuestos a escucharte y orientarte.

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By |2025-01-16T23:02:01+00:00mayo 13, 2020|Uncategorized|0 Comments

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