¿Cómo fortalecer las defensas para evitar contraer un virus?
Según las estadísticas, el 80,9% de los casos de coronavirus son leves y se superan sin ningún problema, pero es potencialmente peligroso en personas mayores de 80 años o con defensas bajas.
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud OMS declaró al coronavirus Covid-19 como una pandemia, esto significa que es una enfermedad de “propagación mundial”.
En realidad, la definición de pandemia no tiene nada que ver con la gravedad de la enfermedad y es muy simple: Por ejemplo, se produce una pandemia en el momento en que aparece un nuevo virus y se extiende por el mundo porque casi nadie tiene defensas frente a él.
La razón: al no haber convivido nunca con él, las defensas no lo reconocen como enemigo y se dejan infectar con más facilidad.
En primer lugar, hay que atender las recomendaciones de los gobiernos locales sobre el autocuidado, y esto implica el lavado constante de manos, el contacto físico limitado, toser y estornudar en el pliegue del codo, evitar los sitios concurridos, entre otras, pero una de las medidas más importantes es preparar el sistema inmunológico y fortalecerlo para evitar adquirir el virus o, por el contrario, hacer que sus efectos sean mucho menos agresivos con el organismo.
Pero ¿Cómo hacerlo?
Vitamina C, aliada para combatir los virus
La vitamina C ha sido utilizada durante años para el tratamiento del resfriado y como protectora en procesos virales en los cuales hay que ayudar al cuerpo a reactivar la maquinaria celular y bioquímica interna contra los microorganismos que puedan entrar y causar daño.
Aunque ésta vitamina se encuentra presente en frutas y verduras como la fresa, el mango, la naranja y el brócoli, es posible adquirirla a través de megadosis, es decir, un tratamiento que la medicina alternativa ha dispuesto, con el fin de recibir los beneficios de la vitamina C en un suero que es administrado vía intravenosa, y que otorga mayores beneficios que a través de la ingesta oral.
A través de la megadosis, se aumenta la actividad de los linfocitos, la producción de interferón, fortaleciendo la integridad de las membranas mucosas del cuerpo y nutriendo diferentes órganos vitales como el pulmón, lo cual la convierte en un escudo protector contra múltiples procesos virales e incluso contra el daño pulmonar provocado por el tabaquismo.
Vitamina D
Cumple un rol importante en el mantenimiento de la estructura de piel y mucosas, y en la correcta función del sistema inmunitario: interviene en todos los niveles de defensa y en la coordinación de los mismos, de modo que favorece una función defensiva correcta y organizada.
La vitamina D protege el sistema contra infecciones respiratorias, incluyendo la bronquitis y la neumonía, al aumentar los niveles de péptidos antibióticos en los pulmones, además, reduce la severidad del asma. Por lo que puede ser útil para disminuir los síntomas respiratorios asociados a una enfermedad de las vías altas.
Probióticos
Los Probióticos modulan la respuesta inmune e inflamatoria en el intestino y lo hacen porque estas bacterias beneficiosas pueden interactuar de una forma muy íntima con la mucosa intestinal y con las células inmunitarias que hay en ella. Por eso tomar probióticos ya es una ayuda para aumentar las defensas.
Pero la acción inmunomoduladora de los probióticos no se queda solo en el aparato digestivo. Estas bacterias influyen en las defensas en otras mucosas, como las del aparato respiratorio e incluso sobre las defensas (células y anticuerpos) que existen en la sangre.
Además, los probióticos no solo te ayudan a aumentar tus defensas, sino que pueden hacer que cuando tengas una infección, te recuperes más rápido.
Factores de transferencia
Son unas diminutas moléculas mensajeras que transfieren información a las células del sistema inmunológico con el objetivo de ayudarlas a reaccionar o responder ante un peligro ya sea presente o potencial.
Es decir, el sistema inmune necesita tener cierta información de los virus y demás agentes para poder reconocerlos como dañinos o benéficos en el cuerpo. Cuando el sistema inmune reconoce algún agente como perjudicial, entonces crea las defensas necesarias para que el agente nocivo pueda combatirse. Entonces, el sistema inmune guarda esta información en su memoria para cuando sea necesario.
Los factores de transferencia le brindan información y memoria a tu mecanismo de defensa para que pueda estar prevenido ante algún peligro existente o potencial, sin necesidad de inocular anticuerpos reales, basta con los factores de transferencia, proteínas de bajo peso molecular que parecen almacenar la experiencia del sistema inmune.
Hábitos saludables
El estrés, una mala alimentación, dormir poco, la contaminación ambiental o la exposición a agentes químicos son algunos de los factores que ponen a prueba tus mecanismos defensivos y pueden alterar negativamente el sistema inmunológico y, por tanto, alterar los mecanismos con los que actúan las defensas.
Frutas, verduras, pescados y cereales son tus principales aliados para mantener al 100% la efectividad de las defensas. Se recomiendan los alimentos ricos en zinc, hierro y vitaminas A, C, D y E. Además, es preciso evitar las dietas altas en grasas, especialmente las saturadas y grasas trans.
Por otra parte, los nervios y el estrés diario juegan un papel muy negativo en la salud de tu sistema inmune. En este sentido, adoptar unos hábitos de vida saludables y saber relajarse te ayudarán a mejorar tus defensas. Para ello, existen muchas prácticas y técnicas que trabajan sobre la respiración y ayudan a minimizar el estrés, como la meditación, el yoga, pilates, la acupuntura o la sueroterapia.
Huir del sedentarismo y hacer ejercicio de forma moderada hará que tus defensas estén plenamente operativas. Y es que el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo e incrementa la excreción del cuerpo de metabolitos dañinos, lo que ayuda a que el sistema inmunológico funcione correctamente.
Por último, dormir bien, tanto en cantidad como en calidad, es otro condicionante fundamental para tener un sistema inmunológico fuerte. Un descanso incorrecto es tan perjudicial para tus defensas como el sedentarismo.
Ten en cuenta que estas recomendaciones deben ser constantes en tu vida, no solo ante la inminente propagación de enfermedades como el Coronavirus. Y en el caso de la ingesta de probióticos, factores de transferencia y vitaminas, lo recomendado es hacerlo con el acompañamiento de tu doctor o doctora de confianza para que puedan recomendarte las cantidades y dosis necesarias, de acuerdo al desempeño las necesidades de tu organismo.
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